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La Era Dorada de la Mandolina en Estados Unidos: Descubriendo un Legado Olvidado

La historia de los mandolinistas estadounidenses del siglo XIX es como un puzle incompleto, una mezcla de información escasa y dispersa. Sin embargo, sumergirse en sus vidas y logros es esencial para comprender la evolución de este instrumento y su impacto en la música posterior. En el período que abarca desde 1880 hasta 1921, conocido como la “Era Dorada,” emergieron destacadas figuras que dejaron una huella indeleble en el mundo de la mandolina en América.

Valentine Abt: El Virtuoso Autodidacta

La tradición de los violinistas italianos que utilizaban la mandolina como segundo instrumento se mantuvo viva en América. Valentine Abt, nacido en Pittsburgh, Pensilvania, en 1873, es un claro ejemplo de esta continuidad. A pesar de su formación inicial como violinista, Abt pronto se convirtió en un virtuoso autodidacta de la mandolina. Su técnica, influenciada en gran medida por el violín, se caracterizaba por el «duo style,» una práctica interpretativa que involucraba la realización de varias voces en la mandolina. A lo largo de su carrera, Abt realizó nueve grabaciones entre 1905 y 1909 para la compañía Victor Records. Además, fundó la Plectrum Society Mandolin Orchestra de Nueva York en 1908 y la New York Plectrum Orchestra en 1911. También fue miembro del American Classical Quartet of Mandolins, el primer cuarteto de este tipo en los Estados Unidos.

Influencias Europeas: Giuseppe Pettine y Samuel Adelstein

Durante la «Era Dorada,» los mandolinistas estadounidenses se vieron fuertemente influenciados por las corrientes estilísticas europeas. Giuseppe Pettine, nacido en Italia en 1874, se estableció en Providence, Rhode Island, en 1889. Además de su destacada carrera como concertista, Pettine compuso un método para mandolina en seis volúmenes en 1896 y colaboró en el diseño del modelo Giuseppe Pettine Special con la firma Vega en 1905. Entre sus composiciones más notables se encuentra el «Concerto Patetico,» para mandolina y piano. Por otro lado, Samuel Adelstein, formado en Europa bajo la tutela de Raffaele Calace, se destacó como mandolinista internacional y miembro honorífico del Circolo Mandolinista Regina Margherita. Sus actuaciones en lugares como el Metropolitan Hall de San Francisco y su influencia en la música mandolinística de la década de 1890 lo hicieron una figura relevante.

Contribuciones y Legados

La preservación de métodos y obras de mandolinistas de la «Era Dorada» nos permite entender mejor su contribución al mundo de la música. El «Bickford Mandolin Method,» de Zarh Byron Bickford, comprendido en cuatro volúmenes, y las cerca de trescientas composiciones y transcripciones de Aubrey Stauffer son ejemplos notables de este legado.

La Revolución de la Grabación y la Versatilidad de Samuel Siegel

El desarrollo de las tecnologías de grabación a principios del siglo XX brindó una plataforma de difusión sin precedentes para la mandolina. Samuel Siegel, nacido en Des Moines, Iowa, comenzó como un intérprete de vodevil y, a partir de 1890, se destacó en escenarios importantes. Realizó numerosas grabaciones entre 1900 y 1918 para compañías como Victor Records, Edison Records, Columbia Records e Indestructible Records. A diferencia de sus contemporáneos, Siegel incorporó influencias de géneros como el ragtime en sus composiciones, y sus «Siegel’s Special Mandolin Studies» son notables por su interés técnico.

Silas Seth Weeks: Un Pionero en la Mandolina Negra

Destacando en medio de la homogeneidad, Silas Seth Weeks, nacido en 1868 en Vermont, Illinois, se convirtió en el primer mandolinista negro. Su música, grabada en Londres y Berlín para Edison Records y Berliner Gramophone, desafiaba las convenciones de un instrumento históricamente asociado con la música blanca. A su regreso a los Estados Unidos, se sumergió en la escena del jazz y continuó su carrera internacional, culminando con su último concierto documentado en el teatro Apollo de París en 1920.

Bernardo de Pace: El Virtuoso Italiano

Entre todas estas figuras, Bernardo de Pace se destacó como el más polifacético y virtuoso. Nacido en Italia en 1881 y trasladado a Nápoles a una edad temprana, demostró un dominio excepcional de la mandolina desde su juventud. Sus giras por Europa lo llevaron a tocar para monarcas y líderes, como el káiser Wilhelm II, el emperador Francisco José I de Austria, el Sultán Abdul Hamil II y el zar Nicolás II. En Reino Unido, sirvió como músico de la corte de Eduardo VII. Luego, junto con su hermano Nicola, emigró a los Estados Unidos, donde formaron diversas agrupaciones en el género vodevil. La «Era Dorada» de la mandolina en Estados Unidos dejó un legado musical invaluable. Figuras como Valentine Abt, Giuseppe Pettine, Samuel Adelstein, Zarh Byron Bickford, Aubrey Stauffer, Samuel Siegel, Silas Seth Weeks y Bernardo de Pace contribuyeron a moldear la identidad musical de su tiempo. Sus influencias y contribuciones resuenan aún hoy en día, recordándonos la rica historia de la mandolina en América.

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